Los diesel, en el punto de mira a partir de 2010
En Europa, las ventas de turismos diesel son mayoritarias respecto a los de gasolina; algo que puede meter en problemas a sus propietarios a partir de 2010.
Porque a partir de esa fecha, entrará en vigor una nueva normativa europea que limitará, en gran medida, las concentraciones de oxidos de nitrógeno (NOx) en el aire ambiental.
Los límites quedarán establecidos en 40 microgramos por metro cúbico, cifras que a día de hoy se superan de forma casi constante en la práctica totalidad de las grandes ciudades del continente.
Las medidas para disminuir las concentraciones son fáciles de adivinar: limitar el acceso de vehículos con motor diesel a los grandes cascos urbanos, ya que son la principal fuente de emisiones de óxidos de nitrógeno.
Medidas de este tipo afectarían de forma notable a un gran número de conductores que acuden a diario a las grandes urbes, por lo que es fácil intuir el parche que se nos viene encima a los que tenemos coches diesel: la correspondiente tasa para poder entrar a la ciudad (similar a como están haciendo en algunos sitios con los SUV y coches de gran cilindrada).
Al contrario que con las partículas en suspensión, la instalación posterior de sistemas para eliminar los óxidos de nitrógeno en coches diesel resulta, hoy en día, inviable debido a su elevado coste.
Los óxidos de nitrógeno suelen ser incoloros e inodoros. Sin embargo, el dióxido de nitrógeno (NO2) es el principal responsable, junto a las partículas en suspensión, de la conocida capa rojiza y marrón que suele cubrir las grandes zonas urbanas.
Lo cierto es que, entre el precio al que se está poniendo el gasoil y las futuras normas anticontaminantes, hay que empezar a pensar seriamente en volverse a la gasolina. Y todo, mientras esperamos pacientemente la llegada de los coches de hidrógeno.