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          Aerogeneradores con forma de semilla de arce que multiplican X3 el rendimiento de las turbinas actuales




          Desde hace años se está librando una batalla por lograr el diseño de aerogenerador eólico más eficiente. Hasta el momento, y por más que los modelos verticales de aspas helicoidales comienzan a hacerse un hueco en el mercado (más doméstico que industrial), los que se llevan el gato al agua son los de eje horizontal de 3 aspas que tan vistos tenemos en nuestros campos, pues son los que mejor relación entre viabilidad económica y tecnológica ofrecen.
          Sin embargo, tienen un límite de potencia que difícilmente se puede superar, que mucho tiene que ver con su tamaño. Por ejemplo, el aerogenerador más grande del mundo, que se está construyendo en Noruega con un diámetro de rotor de 145 metros, ofrece 10 megavatios de potencia, tres veces más que las turbinas eólicas actuales.
          Está siendo levantado por la compañía noruega Sway, con vistas a su instalación en futuros parques eólicos en el mar. En la actualidad, la turbina eólica más grande del mundo en funcionamiento es la Enercon E-126 , que ofrece un máximo de 7 MW, con un diámetro de rotor de 126 metros. Está instalada en Emden, Alemania.


          La Enercon E-126
          Parece difícil la viabilidad de aparatos más grandes que éste para operar en el mar. La duplicación del diámetro de un aerogenerador convencional teóricamente produce cuatro veces la misma potencia, pero pesa ocho veces más y pueden aumentar los costes de fabricación en un factor también de ocho.
          El generador noruego, que mide 162,5 metros de altura (un poquito más que la Torre Picasso) costará la friolera de 67,5 millones dólares y con sus 10 MW podrá alimentar a cerca de 2.000 hogares. Pero funcionará muy al límite de su resistencia, pues si las palas fueran más grandes, la fuerza del viento marino unido al enorme peso podría fracturarlas por fatiga.
          Justo cuando se pensaba que este era el límite de diseño para los próximos años, un grupo de ingenieros, capitaneados por el británico Eden Grimshaw, han pensado una curiosa solución para aumentar el rendimiento de los aerogeneradores off-shore.
          El concepto, llamado todavía “Aerogenerador X”, tendría un radio de giro de 275 metros y también produciría 10 megavatios de electricidad, tres veces la capacidad de producción de las turbinas comerciales de eje horizontal. Su diseño innovador se compara con una semilla de arce blanco (o falso plátano), ya que utiliza dos juegos de palas para que todo el conjunto gire sobre su eje, respondiendo a las limitaciones financieras y tecnológicas de estos ingenios para aplicaciones en alta mar.



          El potencial del diseño radica en que la mayor parte del peso de la máquina se concentra en la base, en lugar de en las aspas. Las palas así no sufren la tensión constante de la fuerza centrífuga marcada por su peso y por lo tanto se puede construir un generador mucho más ligero que una máquina horizontal de potencia comparable. La altura, al estar inclinado, se reduce significativamente, por lo que a su vez se reduce su visibilidad en el horizonte marino.
          La firma de ingeniería británica ARUP, que acaba de terminar (con resultados positivos) un estudio de viabilidad de 18 meses, espera construir un modelo de trabajo en pleno funcionamiento para 2013, basándose en la tecnología de flotabilidad de las plataformas petrolíferas, ya que este tipo de aerogeneradores no se fijan al fondo marino como los grandes modelos noruegos, sino que deben colocarse decenas de metros por encima de las olas.
          Además, el diseño podría ser optimizado para producir turbinas que generen 20 MW o más. Para lograrlo, ARUP formará consorcio con empresas como Rolls Royce, Shell y BP, firmas que se frotan las manos con la posibilidad de abastecer de energía a cerca de 5.000 familias con un solo generador, el equivalente a 2 millones de barriles de petróleo para una vida de 25 años.
          Probabilidades de comercialización: 50%, hará falta más que un estudio de viabilidad para que esta turbina de arce empiece a girar en sólo 3 años. Demasiado pronto para valorar su poder; aunque si sale victoriosa, puede que no sea demasiado tarde para salvar nuestro planeta…

          Fuente y Fotos: ARUP