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Los alemanes están temblando. Si los rusos les cortan el gas, ¿cómo van a calentar las ollas? Resulta que el 20% del gas que consume Alemania viene de Rusia: y encima buena parte pasa por Ucrania. Un conflicto en esa zona obligaría a los alemanes a buscar más fuentes de energía.
Amigos, he aquí la gran verdad. La mayor parte de los países europeos no es libre ni independiente. Desde el punto de vista energético, se entiende.
¿Y España? ¿Es independiente?
En absoluto. En lo que respecta a coches, calefacción y cocinas, importamos gas y petróleo de Argelia, Arabia Saudí, Nigeria, Irán, Libia y ¡Rusia!
¿Qué pasaría si un día nos cortan el suministro? Nos fastidiarían mucho, la verdad.
A todos nos encantaría tener energías limpias, masivas y baratas. Y tenerlas en casa. Un sueño. Pero no las tenemos. ¿Qué podemos hacer ahora?
Aquí están las seis bofetadas de realidad que nos revelado Ucrania:
1. Hay que aprovechar el petróleo que tenemos a mano. Parece que hay bolsas de petróleo en Canarias y Baleares, pero muchos isleños se oponen porque un derrame puede arruinar el turismo. Entendido, pero ¿hasta que punto nos vamos a poner exquisitos cuando suban los precios o nos corten el suministro de otros países?
2. Hay que buscar yacimientos de gas en nuestro país y almacenarlo para prever futuros cortes de suministros. Los alemanes tienen almacenados hasta dos meses de consumo de gas. España, la décima parte. El polémico almacén Castor que se construye frente a las aguas de Castellón (polémico porque parece que provoca sismos) debería superar las pruebas de seguridad y empezar a ser empleado.
3. Hay que apostar por energías renovables, aunque sean caras: solar, eólica, térmica… Nos ayudan a ser independientes. El petróleo y el gas se acabarán algún día. Los alemanes pretenden producir el 100% de su electricidad de las energías verdes en 2050.
4. Por ahora, cuantas más fuentes de energía, mejor: geotérmica, eólica, solar, petróleo, gas… Es el mix. “No tenemos que descartar ninguna tecnología, ya sea renovable o convencional”, dice un informe de la Fundación CEDE. Y además, hay que asegurar que tenga procedencias geográficas diferentes. Algún día nos puede faltar una de ellas, o subir los precios.
5. Tenemos que fabricar cosas que consuman cada vez menos energía, que sean menos contaminantes y que nos ahorren dinero: desde coches eléctricos, hasta lámparas de gran duración o electrodomésticos de bajo consumo.
6. Es el momento de disipar las dudas sobre la energía de fusión. A diferencia de la atómica (fisión), la de fusión promete ser limpia, barata y casi inagotable. Es la energía de las estrellas. Se está construyendo la primera central de prueba en Cadarache, Francia. Empezará a funcionar en el 2022.
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